Estamos de regreso y lo hacemos con las pilas cargadas, preparados para el nuevo ciclo y fuertes reflexiones, como la que nos deja Enrique Parra de Pedacicos Arquitectónicos en el blog de la Fundación Arquia.
Para cualquier arquitecto que haya pasado por una ETSA en la última
década, la cantinela del trabajo en equipo, la multidisciplinaridad y la
especialización son viejos conocidos. Ese cuento lejano de que el
oficio de arquitecto ha cambiado y que nunca volverá a ser lo que era,
viejas historias de tiempos mejores que nos hacen pensar que llegamos tarde a una fiesta y ya solo queda recoger los estragos del desmadre.
Con todos estos cambios, a los que los recién titulados y los futuros arquitectos vamos a enfrentarnos, me pregunto si la enseñanza actual de la arquitectura se corresponde con la realidad del oficio de arquitecto.
Lo cierto es que los contenidos han cambiado más bien poco, aunque el
software específico para arquitectos ya es de uso generalizado en
cualquier ETSA queda mucho camino por delante en este tema.
Desde muchos ámbitos se ha tomado la especialización como
la panacea para solventar los problemas de nuestra profesión, que no
son pocos, dicho sea de paso. Pues bien, si algo hemos aprendido de la LCSP y tras unos cuantos años en las aulas, es que el oficio de arquitecto ya es bastante específico en sí mismo.
Nuestras competencias están reguladas y son las mismas para todos
independientemente del grado de “especialización” que tengamos. Así
pues, modelos académicos que se centran en cada una de las diferentes
ramas de la Arquitectura, son inviables en nuestro país al homogeneizar a
los profesionales otorgándoles el mismo título.
Lo paradójico de todo esto, es que la sociedad sigue demandando prácticamente lo mismo de los arquitectos,
y donde reside el origen de todo este lío, es en el progresivo aumento
de contenidos de los proyectos de ejecución y la caída en picado de los
honorarios profesionales. Cada vez se piensa menos en un estudio de
estructura piramidal y más en la asociación horizontal de profesionales.
Llegados a ese punto es el momento de hablar de especialización, una
vez empieza el recorrido por el mundo profesional.
Esta “moda impuesta” de acabar la carrera y hacer un master es algo casi contra-natura;
muy pocas veces se tiene la experiencia o la determinación necesaria
para saber cual es la rama que mejor vamos a desempeñar. Con los planes
de estudios actuales, una temprana especialización supone desequilibrar
la balanza del aprendizaje en favor de un área, algo realmente
peligroso cuando nuestra responsabilidad civil no va a distinguir por
especialización, sino según el tipo de agente que seamos tal como
describe la LOE.
Sin lugar a dudas, esta especialitis favorece enormemente a algunos sectores de nuestra profesión: aquellos que ofrecen los cursos/masters de especialización y a esos profesionales mercenarios que ven en explotar a la cantera arquitectónica la solución para salvar la brecha digital. Otro ejemplo más de cómo el arquitecto es un lobo para sí mismo…
Autor: Enrique Parra (Murcia, 1986) es Arquitecto Técnico por la UCAM y estudiante de Arquitectura. Dirige el blog Pedacicos Arquitectónicos junto
a Antonio Navarro y Juan Francisco Martínez, desarrollando
paralelamente su labor profesional en el campo de la construcción, el
diseño y la docencia.
twiter: @pedacicos @hank_caffeine
La imagen de portada es de @Lexcurso
El contenido de este artículo lo puedes encontrar en el Blog de la Fundación de la Caja de arquitectos
En relación a este post, los chicos de arquitextonica.net dan algunas sugerencias de que hacer cuando eres joven arquitecto y buscas empleo.
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