Susana García Bujalance es arquitecta y profesora en la Universidad de Arquitectura de Málaga. Ha creado LABORATORIO DE URBANISMO. Blog
un blog que surges inicialmente como lugar asociado al grupo de debate del mismo
nombre, alojado en Facebook, de las asignaturas de Urbanismo de 4º que
imparte en la Escuela de Arquitectura de Málaga.
A continuación te dejamos con un extracto del post "Mujer, ciudad, planeamiento; o lo que el lenguaje oculta":
"(...) Quienes tomaron decisiones, quienes propusieron y quienes ejecutaron la
forma de la ciudad creando con ello un modo de vida específico diferente
del que había antes de esta etapa de planificación, fueron en todo caso
hombres que practicaban un modo de vida de hombres. Desde la
intervención higienista del varón Haussman en París hasta la eco-ciudad
en el desierto de Dubai de Norman Foster, pasando por la ciudad para
tres mil habitantes de Le Corbusier, las aportaciones más significativas
en lo que a modelos de ciudad se refiere han estado siempre dirigidos y
orientados por una visión del mundo ilustrada basada en la segregación
de la vida pública y de la vida privada en tanto que ámbito para el
cuidado y la reproducción. La ciudad se ha proyectado para un individuo
sano, autosuficiente e independiente en el ámbito económico, físico y
emocional. Para alguien que puede desplazarse sin problemas de una zona a
otra de la ciudad para desarrollar en cada una de ellas las tareas que
se han proyectado. Alguien que se mueve solo y de manera pendular: de
casa al trabajo, del trabajo a casa.
El problema surge cuando la ciudad es utilizada por quienes no cumplen
estos requisitos. Las personas que no pueden desplazarse solas porque
aún no tienen la autonomía necesaria –niños y niñas- o porque ya la han
perdido –ancianos y ancianas-, las personas que sufren algún tipo de
enfermedad o limitación física en su movilidad, las personas que no se
sienten seguras emocionalmente –bien porque tengan algún tipo de
enfermedad mental, bien porque sientan miedo o se sientan amenazadas-, o
las personas que se ocupan del cuidado de otras personas, experimentan
la violencia de quienes no pueden desarrollar el modo de vida urbano
proyectado. La violencia interior surge cuando sin embargo, se ven
obligados a cumplir unas expectativas diseñadas para el sujeto histórico
burgués en tanto que individuo autónomo y libre de ataduras.
Desarrollar una vida profesional o laboral para quienes deben ocuparse
del cuidado de los más pequeños, de las personas mayores o enfermas, o
desplazarse de una zona a otra de la ciudad cuando el transporte público
no está diseñado para recorridos poligonales entre áreas residenciales o
con origen y destino en los equipamientos vinculados al cuidado, es una
tarea imposible que genera la frustración de la desincronización del
cuerpo y la ciudad. (...)"
Artículo completo está incluído en el número 13/2014
“MUJER Y CULTURA” de la revista anual “Sociedad- Boletín de la Sociedad
de Amigos de la Cultura de Velez-Málaga” publicado por CEDMA y con
número de ISBN: 1699-4264.
Si quieres leer el artículo completo entra en el siguiente enlace >
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