A principios de los 90 Medellín era considerada la ciudad más violenta
del mundo con casi 20 personas tiroteadas a diario y una de las cinco
ciudades más corruptas de Colombia en el año 2003. La sociedad estaba
marcada por la violencia y una fuerte desigualdad social.
El principal problema de Medellín era el narcotráfico. Los carteles de las drogas tenían el poder absoluto en los asentamientos llamados comunas y los narcos se convertían en figuras públicas como Pablo Escobar, quizás el mayor referente de las excentricidades de la época.
En los últimos años, Medellín implementó políticas de integración social con la voluntad de disminuir la violencia y así formar una ciudad inclusiva. Se desarrollaron numerosas infraestructuras que conectan el territorio y la ciudad se transformó en un laboratorio donde prima la calidad de los edificios públicos y la urbanidad del espacio público.
Hoy en día Medellín es un caso de estudio en las universidades de arquitectura de todo el mundo y un ejemplo del llamado urbanismo social.
La alcaldía pretende en un futuro próximo abordar el programa de
vivienda social colectiva. Como consecuencia del flujo del campo a la
ciudad, cada año se incorporan a la ciudad unas 30 mil personas. Se
establecen generalmente en viviendas autoconstruidas en las laderas de
la montaña, extendiendo de manera incontrolada los límites de la
ciudad.
Se ha propuesto un concurso sobre vivienda colectiva que logre
densificar el ámbito del centro histórico y generar una mezcla de usos
nuevos necesarios para la regeneración de la ciudad. El proyecto se
centra en la inserción de un nuevo uso residencial en un emplazamiento
con usos terciarios que son susceptibles a intervenir. Será fundamental
abordar el núcleo de vivienda y su relación con la ciudad a través de
la reformulación del espacio público adyacente.
En el siguiente enlace puedes ver y descargarte todas las propuestas >
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