El consumo construye nuestro mundo, gobierna los flujos financieros
y regula los mercados, en una red que vincula los intereses de
unos países con otros, oprimiendo economías y creando deudas
monetarias para la subsistencia en un sistema que nos parece
arbitrario cuando nos vemos contaminados por su toxicidad y que
por el contrario, nos ofrece el placer de lo superfluo cuando nuestro
ecosistema económico experimenta bonanza.
El desequilibrio que experimentan las economías mundiales lleva a
situaciones o formas de vida que surgen fruto de la imposibilidad del
acceso o la carencia de recursos para satisfacer las necesidades
básicas humanas, entre las que destacan el proceso mundial
de habitabilidad. En la disertación que hace Felipe Colavidas,
el cambio climático no es el primer problema mundial al que nos
enfrentamos ahora, sino la pobreza, que afecta a algo más del
40% de la humanidad, que presenta manifiestas precariedades
materiales para poder reproducirse cotidianamente con salud en
unas condiciones elementales de habitabilidad. Este déficit se
agrava con el crecimiento demográfico actual, de unos 76 millones
de personas por año, más del 95% en países en vías de desarrollo,
junto a una baja tasa de mortalidad. Félix Guattari, analiza como
la segregación social se afirma bajo una especie de encerramiento
en guetos, incluso en algunos países del tercer mundo, se asignan
zonas de residencia para una población a la cual se le prohíbe
traspasar sus fronteras, y que equivaldrían a los campos de
concentración.
Dudley Seers, economista británico especializado en la economía
del desarrollo, nos dejó constancia de un argumento trasladable
a cualquier colectivo profesional, ‘la economía dominante, enseñada en las universidades, se construye a partir de fenómenos observados en los países desarrollados, que son el caso particular
y en consecuencia, es inaplicable al caso general, el de los países
subdesarrollados’. Para el colectivo de los arquitectos, la arquitectura
que se enseña en las escuelas constituye el caso particular, el de
las minorías, conformado a partir de fenómenos observados en
los países desarrollados. Siguiendo el criterio de Seers, resulta
inaplicable al caso general para paliar las soluciones habitacionales
de los países en vías de desarrollo, que son la mayoría.
Es necesario que afloren nuevas sensibilidades hacia un cierto compromiso profesional ante la escasez de vivienda. Afrontar los problemas de hábitat de estos colectivos pasa por construir miradas y estrategias complejas, transdisciplinares y transectoriales. Es decir, no sólo entre campos de conocimiento sino entre los actores implicados en la gestión del hábitat. En palabras de Víctor Saúl Pelli, ‘el proceso, con criterios de participación y de respeto, no sometimiento, del punto de vista del receptor y de los otros actores, que no es carencia de exclusión’. El destinatario se sitúa como
sujeto del cambio y no como objeto o mero beneficiario, sintiéndose
identificado con el producto final. Además, ubicar la toma de
decisiones en procesos de acuerdo colectivo permite construir el
conocimiento de una forma más exhaustiva y compleja, hay ideas
que solamente surgen de la interacción entre sujetos.
El testigo de la responsabilidad social del arquitecto ha sido recogido por otros arquitectos
contemporáneos, como es el caso de Shigeru Ban. Un arquitecto
que ha demostrado un interés por ofrecer soluciones al problema
habitacional y de emergencia en el Tercer Mundo. El propio
arquitecto explica sus intereses: ‘Incluso en áreas azotadas por
desastres naturales, como arquitecto quiero crear edificios bellos.
Aspiro a emocionar a la gente y mejorar sus vidas. Sin esta intención
no sería posible crear arquitectura con contenido y hacer un servicio
a la sociedad al mismo tiempo’.
Evidentemente no es el único y son muchos los profesionales que
cada día trabajan para mejorar las condiciones de habitabilidad de los afectados en situaciones de emergencia como consecuencia
de catástrofes naturales.
En todos los casos tocará reconstruir, pero mientras tanto la gente
necesita un cobijo por mínimo que sea. En el mejor de
los casos para un corto periodo, pero desgraciadamente son situaciones que a
veces se alargan demasiado. Es curioso que precisamente para evitar que esto
suceda, que una solución para salir del paso se convierta en permanente, no
convenga que esos refugios de emergencia sean demasiado sofisticados. Para que
todos, desde quienes van a vivir en ellos hasta las autoridades políticas que
corresponda, vean en ellos una solución
provisonal a la que hay que poner fin cuanto antes. Difícil equilibrio.
A continuación 5
ejemplos de refugios de emergencia, que responden a distintas situaciones, que podéis ver en cosas de arquitectos:
Lo
solución que primero se nos ocurriría a cualquiera, y una de las más
utilizadas, es la típica tienda de campaña con mayor o menor tamaño. Y
de hecho es una de las más utilizadas. La propuesta de CMax System para este tipo de emergencias podríamos considerarla una evolución del tipo, algo a medio camino entre una roulotte y una tienda.
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http://www.cosasdearquitectos.com/2014/07/5-refugios-de-emergencia-para-situaciones-criticas/#sthash.yB5CbhPj.dpuf
Lo solución que primero se nos
ocurriría a cualquiera, y una de las más utilizadas, es la típica tienda de
campaña con mayor o menor tamaño. Y de hecho es una de las más utilizadas. La
propuesta de CMax
System para este tipo de emergencias podríamos considerarla una
evolución del tipo, algo a medio
camino entre una roulotte y una tienda.
Con capacidad
para 10 personas, se monta entre dos de forma sencilla, no se necesita ningún
tipo de conocimiento previo y en poquísimo tiempo, unos 11 minutos. Su suelo es
rígido y se aisla del terreno gracias a unas patas telescópicas que además le
permiten mantener la horizontalidad adaptándose a todo tipo de irregularidades.
Plegado se apila
fácilmente lo que favorece su almacenamiento y transporte. Además es
reutilizable.
Un campamento de
refugiados debe contar con espacios
capaces de albergar usos distintos a los propios de una
familia. Se necesitará un hospital o enfermería, comedores, zonas de trabajo
administrativo, espacios comunales, etc. La siguiente solución se adecúa a este
tipo de exigencias.
Los Concrete Canvas Shelter son refugios de
emergencia que consisten básicamente en una lona un tanto especial a la que sólo tendremos que añadir aire y agua,
y nos proporcionará un espacio de 25 o 50 m2 según modelo. Además, se pueden
acoplar unos a otros para lograr superficies mayores compartimentadas.
La lona está impregnada de cemento y cuenta con una capa superficial de
pvc que quedará por el interior. Una vez preparado el terreno se despliega la lona que
viene empaquetada dentro de una bolsa para facilitar su transporte. Mediante un
ventilador electrico que ellos mismos proporcionan se procede a su inflado, y
después se fija mediante unas piezas que presionan sus características costuras
rigidizadoras al suelo. Por último se riega hidratando su superficie hasta
saturarla. Cualquier agua sirve, incluso la de lluvia. 24 horas después se
recorta la lona que queda tras las puertas y ya tendremos el refugio operativo
al 100%. El montaje dura
aproximadamente una hora y está pensado para que lo realicen dos personas.
¿Qué pasa cuando la ayuda exterior no llega o tarda demasiado?
ReciproBoo se presenta a sí misma como: sencilla, resistente, eficiente y
adaptable. A lo que habría que añadir muy económica.
La ReciproBoo es
en realidad una solución de
estructura de cubierta que llama la atención por su economía de materiales y
facilidad de montaje. Basta con ver una imagen para entenderla perfectamente,
y traernos a la memoria los forjados de Serlio.
Es con diferencia el
más provisional de los ejemplos que he escogido, pero una fantástica solución
para salir del paso cuando los recursos son inexistentes.
Los dos primeros
ejemplos tienen de bueno su rapidez y facilidad de montaje. Pero son algo
‘regalado’. Ese estar viviendo de prestado no ayuda psicológicamente a
las víctimas. Participar en la construcción del refugio donde se va a vivir
proporciona una sensación de utilidad, de estar solucionando el problema en
primera persona, de empoderamiento del proyecto que a la postre resulta tan
beneficioso como el propio cobijo.
Los Emergency Sandbag Shelter son refugios
construidos a base de largas bolsas rellenas de tierras que se
superponen formando hiladas previa compactación, con alambre de espino entre
capa y capa. El Instituto Cal-Earth proporciona manuales en distintos idiomas para su descarga.
No existe una
solución única. Se trata de un sistema constructivo en el que cada
familia deberá definir la forma y tamaño de su habitáculo, la disposición
de puertas y ventanas, etc. Lo más importante, lo construirán ellos mismos con
la ayuda de algún técnico que vigile la correcta ejecución de la obra y resuelva
problemas puntuales.
En 1987 se vivió una
situación de emergencia a los pies de mi casa. Y es que estas
catástrofes no son exclusivas de países subdesarrollados, que se lo digan a
los habitantes de Nueva Orleáns. En aquella ocasión un barco cargado de
productos químicos inflamables y tóxicos embarrancó
en Finisterre. Varios miles de personas del propio Finisterre, de
Cee y de Corcubión tuvieron que ser evacuadas y muchas vinieron a Coruña.
Algunos se alojaron en viviendas cedidas para la ocasión por gente anónima,
pero la gran mayoría pasaron varios días en centros polideportivos.
Ésta también es una
situación típica, utilizar grandes espacios donde la gente pasa las horas sobre
una colchoneta. Cuando la situación se alarga la falta de intimidad suele
convertirse en un problema.
Softshelter responde
a este tipo de escenarios. Un sistema
flexible de compartimentación en cubículos capaz de aislar a unas personas de
otras. Se trata de paneles autoportantes que se pliegan y
estiran como si de un fuelle se tratase, adaptándose a la configuración
deseada. Se le pueden incluir pequeñas instalaciones como corriente eléctrica,
y permiten acoplarle pequeños accesorios como colgadores, lámparas o carteles
indicativos.
Otros refugios de emergencia
Por suerte, cada vez se investiga más en este campo
y aparecen nuevas propuestas. En la web del proyecto dHabitat, en el cual partipo, se
recopilan bastantes más ejemplos
de refugios de emergencia. También podéis ver esta vivienda desplegable
de la que hablamos hace tiempo o la Alligator House,
una casa utilizada para los refugiados del Katrina.
Para más información ir a cosas de arquitectos >
En 1987 se vivió una situación de emergencia a los pies de mi casa. Y es que estas catástrofes no son exclusivas de países subdesarrollados,
que se lo digan a los habitantes de Nueva Orleáns. En aquella ocasión
un barco cargado de productos químicos inflamables y tóxicos embarrancó en Finisterre.
Varios miles de personas del propio Finisterre, de Cee y de Corcubión
tuvieron que ser evacuadas y muchas vinieron a Coruña. Algunos se
alojaron en viviendas cedidas para la ocasión por gente anónima, pero la
gran mayoría pasaron varios días en centros polideportivos.
Ésta también es una situación típica, utilizar grandes espacios donde la gente pasa las horas sobre una colchoneta. Cuando la situación se alarga la falta de intimidad suele convertirse en un problema.
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Lo
solución que primero se nos ocurriría a cualquiera, y una de las más
utilizadas, es la típica tienda de campaña con mayor o menor tamaño. Y
de hecho es una de las más utilizadas. La propuesta de CMax System para este tipo de emergencias podríamos considerarla una evolución del tipo, algo a medio camino entre una roulotte y una tienda.
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En todos los casos tocará reconstruir, pero mientras tanto la gente necesita un cobijo por mínimo que sea.
En el mejor de los casos para un corto periodo, pero desgraciadamente
son situaciones que a veces se alargan demasiado. Es curioso que
precisamente para evitar que esto suceda, que una solución para salir
del paso se convierta en permanente, no convenga que esos refugios de
emergencia sean demasiado sofisticados. Para que todos, desde quienes
van a vivir en ellos hasta las autoridades políticas que corresponda,
vean en ellos una solución provisonal a la que hay que poner fin cuanto antes. Difícil equilibrio.
A continuación 5 ejemplos de refugios de emergencia que responden a distintas situaciones.
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En todos los casos tocará reconstruir, pero mientras tanto la gente necesita un cobijo por mínimo que sea.
En el mejor de los casos para un corto periodo, pero desgraciadamente
son situaciones que a veces se alargan demasiado. Es curioso que
precisamente para evitar que esto suceda, que una solución para salir
del paso se convierta en permanente, no convenga que esos refugios de
emergencia sean demasiado sofisticados. Para que todos, desde quienes
van a vivir en ellos hasta las autoridades políticas que corresponda,
vean en ellos una solución provisonal a la que hay que poner fin cuanto antes. Difícil equilibrio.
A continuación 5 ejemplos de refugios de emergencia que responden a distintas situaciones.
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