martes, 29 de abril de 2014

EL STARCHITECT PERUANO

http://goo.gl/3hzgVF
 
El starchitectperuano condensa las diferencias de la arquitectura (y los arquitectos) en el Perú, y demuestra por qué factores transversales y externos a ella han vuelto anacrónico el arraigado y macerado idealismo del “buen” arquitecto y la “buena” arquitectura en cualquier nivel y escala de la sociedad peruana.
 
Un libro publicado por La Chimenea, muy bien escrito por Israel Romero Álamo, entretenido y lleno de sarcamo. Imposible quedarse indiferente.
 
Puedes leerlo online o descargarlo de forma gratuita en el siguiente enlace: http://goo.gl/3hzgVF
 
Y a continuación te dejamos con algunos fragmentos del libro propuestos en la Revista Chimenea:
 
"Este texto no es para estrellas de la arquitectura peruana o gente afín a ellas. Este texto es para todos los demás, nosotros, los que vemos el firmamento desde abajo.

(…)

¿Existirá el arquitecto ideal e idealizado? ¿Existirán arquitectos que, por sus propias características —escondidas detrás del edificio y de sus ideas— sean más afines a un paradigma mitificado por encima de los demás?

(…)

El arquitecto idealizado es el que se ha ensimismado y centrado como semidiós y máximo personaje, que concibe al edificio, reparte funciones y gobierna la construcción del mismo. El arquitecto que no cumple a cabalidad con esta visión idealizada dejaría de serlo, así como el edificio que no cumple con la idealización del edificio arquitectura, es un intento fallido.

(…)

En este sentido, dentro del mundo de los arquitectos, existen arquitectos con un perfil más afín al idealizado. Este arquitecto es quien condensa mejor las ideas trascendentales de la arquitectura y es finalmente quien las plasma bajo el papel de demiurgo omnipotente y al que el resto de elementos de la arquitectura no le afectan. Es donde el starchitect tiene la especial facultad de plasmar un edificio que logra mantenerse -al menos hasta el final de su construcción- inalterable y pegado a sus ideales; es decir, un arquitecto que cumple con el papel de sumo creador que tiene la última palabra. Al starchitect aparentemente no le aqueja las cosas externas a la arquitectura. Y si no es así, pasa desapercibido, ya que el producto final de la arquitectura consumada es el objeto inmaculado, ensimismado y perfecto que puede verse en una fotografía como objeto genial y autónomo.

(…)

El apellido es, en el Perú, una importante condicionante. Existen precedentes que en la arquitectura en nuestro país siempre ha sido así. Podemos remitirnos a 1950, 1930, al siglo XIX o al XVI. Los que están arriba siempre han sido los mismos: Rockefellers. (en Los Rockefeller)

(…)

En el Perú tendrá que asentarse en el mejor lugar, por mientras. En estas mejores universidades de turno le amoldarán bajo estándares arquitectónicos internacionales y eso permitirá que pueda en el futuro desarrollarlos en cualquier parte del planeta. Ésa es la idea de los grandes y prestigiosos centros de estudios. Expulsar gente con pensamiento Rockefeller. Exitosa. Acá ser buen alumno es completamente relativo. (en El molde)

(…)

Recuerde, pues, que a usted le enseñaron en la Facultad que ésa era la arquitectura que hay que seguir y es precisamente la que los medios difunden. Dirigirse a ella le permitirá, entonces, que usted pueda amoldarse más a los estándares de calidad del mundo occidental y mediático que son los que este pequeño y periférico país admira y a los cuales aspira. (en La occidentalización)

(…)

Un legítimo y súper occidentalizado Rockefeller no puede enseñar en cualquier lugar. Hágase amigo de los jefes de esas Facultades prestigiosas que son otros Rockefeller y típicos starchitects académicos. (en Las primeras piedras de la celebridad)

(…)

Enseñe Taller en grandes universidades de Lima, no enseñe ni dibujo ni historia ni nada que no esté ligado a la esencial labor proyectual del arquitecto. Los demás cursos déjelos para los otros. Para seres no tan creativos ni profundos como usted. Cultive a los nuevos starchitects del Perú. (en La catapulta)

(…)

Ahora ya no pagará para aparecer en revistas, ahora a usted le pedirán que publique sus obras o sus dibujos. Su obra aparecerá en portada —su rostro nunca, pues usted y la revista están muy en contra de la superficialidad de los starchitects internacionales y de las revistas de celebridades—. Irá acumulando en su palmarés, sus premios, desde los más pequeños hasta los más grandes. Sus bienales. Su labor docente. Su obra arquitectónica ya tendrá un sello personal y entrará poco a poco en la historia de la arquitectura peruana que ha creado el mundo mediático en el que usted ya está inmerso. Será usted un arquitecto reconocido, es decir muy conocido. Eso le convertirá automáticamente en un buen arquitecto. (en La explosión rockstar)

(…)

A estas alturas usted será amigo íntimo de los editores de revistas, de los grandes starchitects de otras épocas que fueron sus profesores y a los cuales desde ahora tuteará y tratará con total confianza. Los editores de revista le pedirán algún artículo y usted lo escribirá. Será un buen artículo que hablará de cómo hacer buena arquitectura y buena ciudad, de cómo cambiar el mundo con la arquitectura, de la paz mundial o de cualquier otra cosa que suene bien. No faltará alguien que le propondrá hacer un libro.

Usted hará el libro. Está claro que será un libro de figuritas, de esta manera será un best-seller garantizado y tendrá en la portada una imponente foto de su obra, de la mejor. (en El efecto cíclico)"

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